Hay tan pocos normales que me considero extraordinario, si tuviera que esperar cambios moriria tachando dias en el calendario, se preocupan de honorarios por cumplir horarios con sus disfraces cuando salen a la calle, autoengaño, vivo en Tres Cantos, importa más la fachada que la desnudez del alma, cambias sonrisas falsas y saludos por puñaladas en la espalda a base de insultos, yo sigo entre el bulto mientras el resto se muere del susto, disfruto al veros actuar aunque no os de ningún fruto.
Ya harto de escribir, todo sale mal, habrá que seguir y no mirar atrás.
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